En la isla, aislados...

Viajé con la bandada de gaviotas hacia todas las direcciones. Una isla habitada por gatos miraba, complaciente, la caída de la tarde.
Álvaro comía uvas para recordar algunos mitos. Mario contaba nubes, pero éstas se movían con cada impulso de la mecedora. Yo amasaba barro para llenar todo de bolas. Aún no estaba vidriado.
De repente, aquel ruido trastocó todo.
Llovían dátiles a tropel a consecuencia del genio de un mono...

Lolacr, era un verano de calor del año 2007

No hay comentarios: