Hilvanes I y II

Quiso recuperar la elegancia de los destellos.
Para ello, deshilvanó la luz de un río
y tejió con él
el aroma de un sueño.


Miré su rostro tras el llanto del río...
su voz se heló de amor
en el silencio de sus labios.



Álvaro Pérez, febrero de 2008

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